Familiares forman filas en la morgue para identificar cuerpos

Las operaciones policiales en las favelas de Río de Janeiro han dejado un saldo trágico de 121 muertos, entre los cuales se encuentran cuatro agentes de policía. Esta situación ha generado un fuerte clamor entre los familiares de las víctimas, quienes denuncian ejecuciones y torturas durante los enfrentamientos.

El operativo, considerado el más letal en la historia reciente de Brasil, se llevó a cabo con la intención de desarticular al Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas en el tráfico de drogas de la ciudad. Mientras las autoridades celebraban la misión como un “éxito”, muchos ciudadanos se congregaban en una morgue en busca de respuestas y para reconocer a sus seres queridos fallecidos.

Lamentablemente, los cuerpos de algunas de las víctimas fueron encontrados por los vecinos en una zona boscosa cercana a la favela de Penha, lo que refleja la brutalidad de los enfrentamientos. Más de un centenar de cadáveres aún permanecían sin identificar y los familiares esperaban ansiosos detrás de una valla en busca de noticias.

Voces de la comunidad y organizaciones sociales han alzado la voz para denunciar que varios de estos cuerpos presentaban evidentes signos de tortura, incluido el hecho de que las extremidades estaban atadas. Esto ha desatado protestas y un fuerte rechazo por parte de la opinión pública. En el contexto de un país donde la policía ha matado a más de 6.000 personas en 2024, esta situación ha reavivado el debate sobre la violencia institucional y el uso desproporcionado de la fuerza por parte de las autoridades.

El secretario de Seguridad de Río, Víctor Santos, aseguro que se llevará a cabo una investigación sobre posibles irregularidades, aunque expresó su escepticismo sobre la ocurrencia de tales hechos. Por su parte, el gobernador Cláudio Castro defendió el operativo, calificándolo de exitoso y afirmando que “las únicas víctimas reales fueron los policías”, desestimando la condición de las demás personas fallecidas.

Desde la Naciones Unidas, se mostraron inquietos por el gran número de muertes y han solicitado una investigación imparcial. Asimismo, han descartado cualquier vínculo entre estas redadas y eventos internacionales programados para la próxima semana, como la cumbre C40 sobre el cambio climático.

En medio de este panorama, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha convocado a buscar soluciones que atajen las raíces del narcotráfico, pero sin poner en riesgo a los policías inocentes, niños y familias. También presentó un proyecto de ley destinado a proteger a los funcionarios públicos que participan en la lucha contra el crimen organizado, subrayando la necesidad de abordar la problemática de forma integral.

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