La convocatoria a gobernadores agita el debate por el Gabinete

La algarabía por los resultados electorales ya se apaciguó y, ahora, el Gobierno argentino empieza a retomar su ritmo habitual. Después de una semana de festejos, el ambiente se tornó más serio, centrado en especulaciones sobre cargos y la supervivencia política. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, llamó a los gobernadores y recordó que existe una interna en el oficialismo que nunca se resolvió del todo, solo se calmó durante la campaña.

En algunas oficinas de Balcarce 50, se comentó que esta convocatoria no estaba en los planes. Algunos sectores de La Libertad Avanza expresaron su malestar por cómo se organizó la reunión y por el momento en que se realizó. Muchos interpretaron este movimiento como una maniobra defensiva de Francos, quien busca mantener su relevancia mientras el presidente Javier Milei se toma su tiempo para anunciar cambios en el gabinete.

Este episodio pone de manifiesto la fragilidad del equilibrio interno. Francos, Santiago Caputo y Eduardo “Lule” Menem funcionan en paralelo, a veces en direcciones opuestas. Aunque se presentaron como un equipo complementario, ahora parecen un triple comando que no consigue organizarse del todo. Al intentar explicar la situación, un funcionario reconoció que “la dinámica es sencilla”: “algunos manejan el vínculo institucional, mientras otros se centran en la política interna”.

Francos, quien debe encontrar el hilo que ordene la política, se mueve con cautela. Su llamado reabre un debate que preferirían haber postergado: quién dirige y quién sigue. Por su parte, Caputo ha mantenido un perfil bajo, insistiendo en que no busca un nuevo cargo, aunque su influencia es innegable.

“Lule” Menem, por otro lado, se ha convertido en un eslabón confiable entre la Casa Rosada y el Congreso. No suele hablar en público, pero su opinión es muy valorada. Sin embargo, desde diferentes sectores reconocen que aún falta un interlocutor claro. Gobernadores, empresarios y parte de la oposición se quejan de que no hay claridad sobre quién toma las decisiones. Esta falta de definición, que era tolerable durante la campaña, se está convirtiendo en un problema.

La demora en los cambios de gabinete aumenta la sensación de estancamiento y genera más tensión interna. A pesar de todo, los gobernadores han aceptado la invitación de Francos para reunirse, donde también estará el presidente Javier Milei, junto a Lisandro Catalán, ministro del Interior, y Luis “Toto” Caputo, ministro de Economía.

En la Casa Rosada, reconocen que la victoria electoral los sorprendió sin un plan claro. Las celebraciones ocultaron las diferencias, pero tras el frenesí electoral, surge la pregunta: ¿es posible gobernar con tanto liderazgo? El Presidente, fiel a su estilo, está escuchando a todos, pero parece que las decisiones se demoran.

Mientras tanto, en los ministerios se siente la incertidumbre. Los rumores sobre cambios en el gabinete vienen circulando desde hace semanas, pero nadie confirma ni desmiente. Algunos funcionarios ya están organizando sus despachos, mientras otros esperan señales que no llegan. Con el tiempo en su contra, la victoria del domingo podría terminar siendo solo un breve episodio si el Gobierno no consigue consolidar su dirección.

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