El nuevo Frankenstein, una obra de gran madurez
La historia de Frankenstein, escrita por Mary Shelley, podría resumirse por la famosa frase que le atribuyen a Rousseau: “la criatura nace buena, la sociedad la pervierte”. En la novela, Shelley nunca usa la palabra “monstruo”, sino que se refiere a “la criatura”. Aunque se acerca a su creador con una sonrisa, él la rechaza. La criatura busca relacionarse con la gente, pero lo único que recibe son insultos y agresiones.
La criatura, aunque tiene un aspecto espantoso, es inteligente. En su mente resuenan los sueños y recuerdos de las diversas vidas de las que está hecha. Shelley la imagina leyendo obras de Milton, Goethe y otros, lo que alimenta su sentimientos de soledad y tristeza. La falta de aceptación de su creador, el doctor Frankenstein, lo lleva a un profundo sufrimiento. “Debía ser tu Adán, pero soy más bien el ángel caído”, le dice con furia y desconsuelo, y decide vengarse de quienes el doctor ama.
Finalmente, se convierte en un ser malvado. El arrepentimiento entre ambos solo llega en circunstancias extremas. Shelley narra esta historia a través de un capitán de barco, que escucha las voces de ambos y entiende cómo sus vidas terminan. Esa lección es fundamental para su propia vida.
Adaptaciones cinematográficas
La versión de James Whale de 1931 es particularmente conocida. Es más corta, inquietante y presenta un sirviente del doctor, retratando a la criatura como un bruto. En esa época, también era común que las turbas decidieran hacer “justicia” por mano propia, algo que la película reflejaba.
Luego, llegó “La novia de Frankenstein”, en 1935, que toma algunas partes de la novela original. Después vino la divertida parodia de Mel Brooks, “El joven Frankenstein”, en 1974, que juega con la versión de Whale y le da un final feliz a la criatura. Más tarde, “Frankenstein de Mary Shelley”, en 1994, con Kenneth Branagh, se aleja en algunas partes del texto original, pero no es tan mala como muchos dicen. De hecho, Guillermo del Toro se inspiró en varias de sus ideas para su propia versión de “Frankenstein”.
La visión de Guillermo del Toro
La nueva adaptación de Del Toro se destaca por su capacidad de captar el espíritu de la novela sin perder el control. Su enfoque resalta el cariño que siente por los seres diferentes que el mundo tiende a rechazar.
Sin embargo, también hace algunas modificaciones. Por ejemplo, el padre que imagina Shelley es mucho más amoroso que el que presenta Del Toro, quien lo hace frío y exigente. Este contraste es esencial para mostrar que las enseñanzas basadas en el miedo y la desconfianza son erradas. Por otro lado, su protagonista, en esta versión, tiene una futura cuñada que es entomóloga, lo cual es un toque interesante.
La criatura, en vez de ser un ser que mata, entabla una amistad con un anciano ciego, lo que muestra su humanidad. La película se extiende en la infancia de Frankenstein y sus luchas en la facultad, además de introducir personajes como un mecenas que se enriqueció mediante el tráfico de armas, un añadido del director.
La obra aborda los experimentos inspirados en el fisiólogo Luigi Galvani, pionero en el estudio de los impulsos nerviosos, y muestra la forma en que Frankenstein intenta utilizar materiales galvanizados.
Una historia sobre relaciones humanas
La película no es estrictamente de terror, a pesar de que tenga momentos que puedan asustar. Más bien, se centra en la relación entre padres e hijos, la búsqueda de aceptación y los resentimientos que pueden explotar. Es una mirada madura sobre las responsabilidades y el perdón.
El nuevo “Frankenstein” de Del Toro, que se lanzará en 2025, cuenta con un elenco estelar que incluye a Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth y Christoph Waltz. En definitiva, se perfila como una experiencia cinematográfica que mezcla la esencia de Shelley con una narrativa contemporánea.