China y ee.uu. imponen aranceles en nueva escalada comercial

La relación entre China y Estados Unidos está pasando por un momento complicado. Este martes, ambos países entraron en una nueva fase de su guerra comercial al aplicar aranceles a las importaciones de cada uno. Esto no solo afecta a los costos de transporte marítimo entre estas dos potencias, sino que también tendrá repercusiones en el comercio internacional en general.

El Ministerio de Transporte chino anunció que cobrará un impuesto de 56 dólares a los barcos de bandera, operación o propiedad estadounidense que lleguen a sus puertos. Esto incluye embarcaciones construidas en EE. UU. o que tengan al menos un 25% de capital estadounidense. Una manera clara de mostrar que no se quedarán de brazos cruzados ante las acciones de Washington.

Por su parte, EE. UU. también reaccionó, imponiendo un cobro de 50 dólares por tonelada a las embarcaciones chinas. Pero ahí no acaba la historia. Este cargo aumentará 30 dólares por tonelada cada año hasta 2028. China, por su parte, avisó que su arancel también irá creciendo, alcanzando 157 dólares por tonelada en el mismo período. Ellos consideran que esta es una respuesta “simétrica y necesaria” a los impuestos que impuso la administración Trump bajo la Sección 301, que investiga prácticas comerciales que consideran desleales en el sector marítimo.

Golpe a la logística y los mercados

Ya se están sintiendo las consecuencias. Las llegadas al puerto de Los Ángeles han caído 35% en comparación con el mismo período del año pasado. Las navieras que cotizan en Nueva York también están sintiendo el impacto, con caídas de entre 4% y 7% en sus valores. Compañías como ZIM, Danaos y Genco Shipping están reflejando la inestabilidad de este sector.

Aunque el efecto de los aranceles chinos sobre EE. UU. podría ser limitado, ya que las exportaciones estadounidenses a China representan solo un cuarto de lo que EE. UU. importa de ese país, los analistas advierten que esto marca un nuevo capítulo en la guerra comercial, afectando a mercados y cadenas logísticas de todo el mundo. Según Alphaliner, las diez principales navieras del mundo enfrentarán hasta 3.200 millones de dólares en tasas estadounidenses hasta 2026, con la estatal china Cosco llevando cerca de 1.530 millones de ese total.

Trump busca “revitalizar” la industria naval

Desde la Casa Blanca, justifican estos aranceles como una manera de impulsar el “renacimiento de la industria naval estadounidense”, buscando reducir lo que consideran una “peligrosa dependencia” de los transportistas chinos. Sin embargo, analistas en China como Zuo Qianhu afirman que la respuesta de Beijing es de “legítima defensa” y buscan crear un frente común con las multinacionales estadounidenses que dependen del comercio bilateral.

Otros analistas sostienen que la estrategia de EE. UU. “podría no ser sostenible a largo plazo”. Las industrias marítimas y de construcción naval chinas cuentan con ventajas competitivas gracias a su eficiencia e inversión tecnológica.

Tensión diplomática en alza

La escalada comercial también se suma a otras medidas implementadas por Beijing, como nuevas restricciones sobre tierras raras. En respuesta a esto, Trump amenazó con un arancel adicional del 100% a productos chinos. El mandatario incluso sugirió que no veía motivos para reunirse con Xi Jinping en la cumbre de la APEC a fines de octubre. Sin embargo, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguró que ambos presidentes aún planean ese encuentro.

A pesar de todo, Trump intentó suavizar el tono al afirmar en su red social que mantiene una “excelente relación” con Xi. Aseguró que “no se preocupen por China, ¡todo estará bien!” y que tanto él como Xi no quieren una depresión comercial para sus respectivos países.

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