la startup que aspira a ser un negocio millonario
La tecnología y la Inteligencia Artificial (IA) han dejado de ser cosas de programadores. Hoy, el sector agrícola se convierte en un espacio propicio para la innovación. Aquí vienen las startups con ganas de resolver problemas y automatizar el trabajo en el campo, especialmente en un contexto donde hay escasez de mano de obra, altos costos y una gran presión para producir más con menos.
Entre estas innovaciones, destaca la historia de Tyler Niday, un ingeniero que combinó su pasión por la robótica con sus conocimientos en cultivos. Desde California, su empresa Bonsai Robotics se dedica a crear máquinas que pueden operar en terrenos rurales complicados, llenos de polvo, escombros y enfrentando condiciones climáticas adversas, siempre manteniendo precisión y eficiencia.
Quién es Tyler Niday
Tyler Niday creció en California, rodeado de campos y maquinaria agrícola. Antes de lanzarse al mundo del emprendimiento, se pasó años aprendiendo sobre mecánica, electrónica y software en distintos talleres. Su curiosidad lo llevó a especializarse en robótica aplicada al agro, un área que hasta entonces no había sido lo suficientemente explorada.
Su carrera comenzó a despegar en Orchard Machinery Corporation, donde diseñó equipos para los productores de almendras. Ahí comprendió las dificultades que enfrentaban al momento de cosechar: tecnología cara, equipos poco versátiles y una dependencia crítica de la mano de obra. Esta experiencia fue clave para el desarrollo de su propio proyecto.
Luego, Tyler dio un paso importante al unirse a Blue River Technology, una pionera en agricultura de precisión. Formó parte del equipo que desarrolló “See and Spray”, un sistema que utiliza visión computacional para aplicar herbicidas solo donde realmente son necesarios. Este proyecto fue tan exitoso que fue adquirido por John Deere, y ahí, Niday vio de primera mano cómo la IA podía revolucionar el trabajo agrícola.
Pero su ambición iba más allá de eso. En una entrevista, dijo: “Los productores no necesitan promesas futuristas, sino herramientas que funcionen hoy en sus campos, en condiciones reales”. Con esta visión, fundó Bonsai Robotics, decidido a ofrecer una autonomía práctica, fiable y accesible que se integre a la forma de trabajar del campo.
Hoy, la empresa ha entregado más de 250 unidades y trabaja con productores en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, todo originado en un pequeño taller donde, junto a un grupo de ingenieros, desarrollaron los primeros prototipos capaces de operar en terrenos difíciles.
Cómo nació Bonsai Robotics
Fundada en San José, Bonsai Robotics combina IA, visión computacional y robótica modular para crear máquinas agrícolas que trabajan de forma autónoma. Estas máquinas pueden desplazarse entre polvo y escombros sin perder efectividad, gracias a un sistema que percibe el entorno en tiempo real.
Esto permite que las tareas de pulverización, corte o deshierbe se realicen con una precisión que puede reducir los costos operativos en un 45% y acortar los tiempos de trabajo en un 60%. Y lo mejor de todo, se integran fácilmente a equipos existentes o modelos nuevos, y se pueden controlar desde una aplicación en el celular.
Recientemente, Bonsai Robotics adquirió farm-ng, una compañía especializada en robótica eléctrica modular. Esta fusión permitió desarrollar el Amiga, un vehículo versátil y personalizable que ya se utiliza en pequeñas y medianas granjas, así como en centros de investigación.
Los resultados no tardaron en aparecer. Empresas como Olam Orchards Australia se han asociado, destacando que esta colaboración les brinda mayor visibilidad para optimizar procesos y buscar enfoques más sostenibles en toda su cadena de valor.