Un gesto firme ante una nueva crisis
Esta nueva jugada marca un antes y un después en la relación financiera entre Argentina y Estados Unidos. Todo esto se inserta en un paquete de asistencia financiera que llega apenas seis meses después del último rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque la medida es importante, surgen muchas preguntas sobre lo que realmente puede cambiar esta acción en medio de la incertidumbre económica y política actual.
Contexto de una crisis recurrente
Desde julio, Argentina ha estado lidiando con una creciente demanda de dólares, causada por varios factores. Por un lado, ciertos errores en la política monetaria han aumentado la inestabilidad, y por el otro, la habitual dolarización de carteras en épocas preelectorales ha intensificado la presión sobre el tipo de cambio. Esto resultó en una nueva crisis cambiaria, acentuada por dudas sobre la capacidad del país de hacer frente a sus compromisos de deuda pública. En este contexto, el equipo económico argentino ha tenido que buscar un nuevo salvataje, con el Tesoro de EE. UU. como protagonista.
En las últimas semanas, tanto el Banco Central de la República Argentina (BCRA) como el Tesoro argentino han recurrido a sus reservas para intervenir en el mercado y sostener las bandas cambiarias establecidas. Sin embargo, estos esfuerzoss han sido insuficientes. La semana pasada, el Tesoro agotó los dólares acumulados tras eliminar temporalmente las retenciones a las exportaciones, una medida que costó alrededor de u$s 1.000 millones. Para el jueves, con el dólar mayorista alcanzando el límite de la banda cambiaria, el Tesoro de EE. UU. dio un paso al frente con la venta directa de dólares en el MULC.
La noticia del acuerdo con el Tesoro estadounidense salió a la luz el miércoles por la tarde y tuvo un **impacto inmediato en los mercados**. Los bonos argentinos reaccionaron positivamente, mostrando un renovado optimismo entre los inversores, aunque el tipo de cambio no siguió la misma tendencia debido a la continua presión de la demanda de dólares.
Un gesto contundente, pero limitado
La intervención del Tesoro de EE. UU. ha sido vista como un gesto significativo de apoyo, aunque con alcances limitados. En redes sociales, figuras como Scott Bessent, Secretario del Tesoro estadounidense, mencionaron que el paquete de asistencia no incluye una línea específica para sostener el valor del peso. Esto contrasta con lo que sucedió en 2018, cuando el BCRA puso a la venta u$s 5.000 millones para contener el precio del dólar de manera efectiva.
El objetivo del Tesoro de EE. UU. no es reemplazar al BCRA o al Tesoro argentino en la defensa de las bandas cambiarias. Más bien, busca crear un cambio en las expectativas del mercado, para reforzar la idea de que las actuales bandas son sostenibles y disipar dudas sobre una posible devaluación, un tema candente últimamente.
No obstante, la intervención no será ilimitada. El Tesoro podría realizar una o dos ventas adicionales de dólares si la presión cambiaria continúa, pero no se encargará de replicar las masivas intervenciones del Tesoro argentino, que llegó a vender hasta 500 millones de dólares diarios.
Un escenario de incertidumbre y expectativas
La semana próxima será clave para evaluar cómo impactan estas medidas. El martes, el presidente Javier Milei visitará la Casa Blanca, donde se anunciarán detalles del paquete de asistencia. Uno de los puntos más esperados es la posible confirmación de un swap de u$s 20.000 millones, aunque todavía se desconocen detalles cruciales, como los tiempos para activar partes específicas del acuerdo o las condiciones que deben cumplirse.
Este rescate financiero podría impulsar los precios de los bonos argentinos y reducir el riesgo país, que refleja cómo los inversores ven la solvencia del país. Sin embargo, el éxito del plan dependerá de su capacidad para disminuir la demanda de dólares y generar una oferta genuina que permita al tipo de cambio estabilizarse. La intervención del Tesoro estadounidense puede haber apaciguado momentáneamente la corrida cambiaria, pero no resuelve la demanda estructural de dólares que persiste por diversas razones económicas y políticas.
Elecciones y el futuro del esquema cambiario
Las próximas elecciones aportan una nueva dosis de incertidumbre. El resultado electoral y sus implicaciones en las políticas económicas serán determinantes. Aunque Bessent ha defendido la efectividad de las actuales bandas cambiarias, el mercado muestra dudas al respecto. La presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, ha insistido en la importancia de acumular reservas, lo que podría interpretarse como una presión para ajustar el esquema cambiario en el corto plazo.
En este contexto, las semanas que se avecinan estarán marcadas por una intensa volatilidad en lo económico, financiero y político. La acción del Tesoro de EE. UU., aunque significativa, no garantiza una solución definitiva a los desafíos estructurales que enfrenta Argentina. La clave estará en la capacidad del gobierno para alinear las expectativas del mercado con las políticas económicas, un desafío que requerirá no solo apoyo financiero externo, sino también una estrategia interna que inspire confianza.