Estado y perspectivas del sector: ¿qué debemos saber?
En el Congreso, se acerca uno de los debates más esperados del año: el del Presupuesto 2026. Sin esta ley, al Gobierno le tocará manejarse con cierto margen de discreción, mientras que la oposición intenta presentar sanciones de emergencia que, por el momento, son rechazadas. Luego de un avance en la Cámara de Diputados, los referentes del sector de ciencia y tecnología sienten esperanza de revertir la disminución de inversiones en áreas claves.
Esta semana, se aprobó de forma unánime la emergencia en ciencia, tecnología e innovación. La sesión comenzó el miércoles al mediodía y finalizó casi al amanecer del jueves, con 132 votos a favor, solo tres más que la mayoría necesaria. Algunos apoyos vinieron de sorpresas como exlibertarios y representantes de provincias como Misiones, Chubut y San Juan. Curiosamente, 125 diputados no se hicieron presentes en el recinto, y muchos de ellos, aunque estaban en el Congreso, decidieron no sentarse, dejando el quórum en jaque.
La propuesta busca ajustar las partidas presupuestarias para que los organismos científicos puedan funcionar adecuadamente. También es un pedido por una distribución federal equitativa en el presupuesto, ya que las provincias muchas veces reciben tratamientos desiguales. Durante el debate, se incorporaron dos artículos: uno sobre la actualización de salarios para el personal del sistema nacional de ciencia y otro que declara ciertos sectores como bienes públicos estratégicos. De aprobarse, dificultaría las privatizaciones de empresas estatales sin la aprobación de leyes específicas.
Ahora, el Senado tiene la tarea de convertir esta iniciativa en ley. Ahí, la oposición tiene más fuerza, pero se espera que se logre avanzar antes de las elecciones del 26 de octubre. El destino de este proyecto quizás sea similar al de otras iniciativas que chocan con la agenda de la Casa Rosada, donde a menudo terminan en veto y revisiones. En la Cámara de Diputados ahora se discute una moción de censura contra un funcionario, lo que añade un aire de incertidumbre a la situación.
El sector científico en el Presupuesto 2026
El 14 de octubre comenzará un debate crucial en la Comisión de Presupuesto de Diputados sobre el Presupuesto 2026. El proyecto presentado por Javier Milei ya genera ciertas alertas: propone derogar artículos que aseguran un aumento gradual a la inversión en ciencia, con un objetivo de alcanzar el 1% del PBI para 2032.
Sin embargo, la realidad es preocupante. Un informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI) señala que el presupuesto proyectado para 2025 sería solo el 0,16% del PBI, lo que marca un piso histórico y representa una caída del 45.1% respecto a 2023. Además, el presupuesto plantearía una reducción de 274 becas para formación de investigadores en comparación con 2024.
Un estudio del CEPA resalta aún más la reducción de la inversión para el Presupuesto 2026, señalando caídas importantes en el financiamiento de organismos cruciales para el sistema científico nacional, como CONAE, CNEA, INTI, INTA, y CONICET.
La situación de la ciencia nacional
Los informes reflejan un deterioro notable en la inversión en ciencia, con quejas por la venta de patrimonio y hasta investigaciones judiciales sobre el desvío de fondos que provienen de créditos internacionales. En febrero de este año, miembros de la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología interpusieron una denuncia ante el Banco Interamericano de Desarrollo por la retención de u$s53 millones destinados a proyectos científico-tecnológicos.
Recientemente, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación lanzó convocatorias para apoyar investigaciones, pero esto contrasta con la realidad de los científicos que llevan dos años esperando ser confirmados como investigadores en CONICET. Se estima que hay 1.200 personas en esa situación.
La caída de ingresos también se siente en salarios y en los fondos para nuevos investigadores. Un informe de octubre de 2025 de CIICTI muestra que los fondos para becas del CONICET y CIC disminuyeron un -36,2% en términos reales en comparación con noviembre de 2023. Además, las ejecuciones en insumos y traslados se han reducido drásticamente.
Es un panorama complicado, que claramente exige una reacción del Congreso y del Gobierno frente a una situación que afecta no solo a los científicos, sino al futuro de nuestro país.