La percepción de fragilidad en el programa económico de Milei
Graciela Ocaña comparte su opinión sobre la situación actual del país y el reciente triunfo de Javier Milei. Ella dice que muchas personas votaron por él porque lo veían como una esperanza en medio del descontento general con la política. Sin embargo, advierte que ese apoyo puede estar cambiando, ya que la realidad de la gente común es cada vez más difícil.
Ocaña menciona que el Presidente no parece escuchar lo que la gente realmente vive. Las decisiones cotidianas son complicadas: los jubilados deben elegir entre comprar alimentos o medicamentos. Muchos comercios están en crisis, e incluso algunos comerciantes comparan la situación actual con la de 2001. El Presidente ha hablado de ajustes, pero Ocaña señala que su percepción no refleja la dura realidad de la mayoría de los argentinos.
Además, hace hincapié en que, aunque se reportan algunos números de estabilidad en ciertos precios, esto no se traduce a todos los sectores. Los servicios y medicamentos siguen aumentando más que la inflación general. La gente siente la necesidad de un cambio real, que no solo se enfoque en los precios, sino en reactivar la economía y eliminar privilegios que aún persisten.
Otro tema que toca Ocaña son las jubilaciones y cómo mejorar la situación de quienes dependen de un haber mínimo. Propone medidas como asegurar la cobertura de medicamentos y reconocer el impacto de la inflación en las jubilaciones. La situación se complica aún más cuando se pierden oportunidades importantes, como la reciente decisión de Milei que dejó a Argentina sin ingresos significativos del campo.
A nivel político, Ocaña critica la falta de diálogo y consenso del Gobierno, lo que afecta la gobernabilidad y genera desconfianza a futuro. El debilitamiento de las alianzas políticas y el tono agresivo que ha tomado el Presidente en sus relaciones con otros líderes no ayuda a estabilizar la situación.
Frente a la polarización actual, Ocaña confía en que haya espacio para opciones como Ciudadanos Unidos, que buscan representar a sectores olvidados, como los discapacitados y jubilados. Creen en la necesidad de recortes en el gasto, pero lo hacen con cuidado, enfatizando que no se debe afectar a los más vulnerables.
También subraya que es fundamental recuperar ciertas competencias para la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Por ejemplo, la policía que actualmente cuida a más de 2.000 detenidos podría estar enfocada en la seguridad de los ciudadanos. Esto es un punto clave que no solo afecta a la política local, sino a la calidad de vida de los residentes.
En cuanto a los posibles cambios legislativos que se discuten, Ocaña está a favor de actualizar las leyes laborales y previsionales, pero advierte que las reformas no deben perjudicar a las generaciones actuales que ya enfrentan un sistema que ha sido saqueado.
La situación política sigue siendo frágil y, aunque algunos lidereces intenten consolidar sus posiciones, Ocaña considera que es vital encontrar un camino alternativo que no repita los errores del pasado.