Trump sostiene que merece el reconocimiento tras 338 nominaciones

Este viernes, el Comité Nobel de Noruega tiene la tarea de anunciar a quién se le otorgará uno de los premios más reconocidos del mundo: el Premio Nobel de la Paz 2025. Este año, se registraron 338 nominaciones, que incluyen tanto individuos como organizaciones. Como ha sucedido en ediciones anteriores, Donald Trump aparece nuevamente en la lista. El ex presidente de los Estados Unidos cree firmemente que merece el galardón y no pierde oportunidad para mencionarlo.

A pesar de su autoconfianza, dentro del comité y entre los especialistas del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO), la percepción es bastante diferente: las chances de Trump son mínimas. Sus afirmaciones belicosas, su decisión de retirar a Estados Unidos de acuerdos internacionales y su enfoque personalista no son precisamente lo que el comité busca, tal como lo estableció Alfred Nobel hace más de un siglo. “El comité busca premiar la cooperación y la construcción de paz duradera, no los gestos de un día”, explicó la académica noruega Nina Græger.

Cómo es el sistema de nominaciones del Premio Nobel de la Paz

El sistema de nominaciones es un proceso que despierta un aire de misterio, pero en realidad es bastante riguroso. Para ser nominados, los candidatos deben cumplir con ciertos criterios, como ser miembros de parlamentos nacionales, jefes de Estado, académicos en áreas sociales o jurídicas, y directores de institutos de investigación de paz. Cualquier persona fuera de estas categorías queda automáticamente excluida. Aunque los nombres de los posibles nominados suelen circular antes de que se anuncien los ganadores, es importante aclarar que estas son meras especulaciones.

La fecha límite para presentar candidaturas es el 31 de enero y las postulaciones enviadas después de esa fecha se trasladan al año siguiente. Desde ese momento, el Comité Nobel, compuesto por cinco miembros seleccionados por el Parlamento noruego, comienza un proceso de evaluación que puede extenderse por varios meses.

Se generan listas más cortas, se consultan a asesores y se revisa a fondo el historial de cada nominado, considerando su impacto diplomático y su compromiso con los derechos humanos. Lo curioso es que los nombres se mantienen en secreto durante 50 años, por lo que ni los nominados ni los medios saben con certeza quiénes están en carrera. Esta confidencialidad busca proteger el proceso de toda presión política y mediática. Como señala el secretario del Comité, Kristian Berg Harpviken, “es fácil ser nominado, lo difícil es ganar el premio”.

Por qué Donald Trump asegura que debe ganarlo

El ex mandatario estadounidense no es nuevo en esto de afirmar que merece el Nobel de la Paz. En uno de sus últimos discursos en Virginia, afirmó haber “terminado con siete guerras” y prometió que pondría fin al conflicto en Gaza si su plan es aceptado por Israel y Hamás. “¿Me darán el Nobel? Claro que no —bromeó—. Se lo darán a alguien que no hizo nada”.

La base de su argumento gira en torno a los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020, que normalizaron relaciones entre Israel y varios países árabes. Tras este acontecimiento, algunos legisladores republicanos, como la congresista Claudia Tenney, decidieron nominarlo formalmente. También hubo gestos simbólicos de líderes extranjeros, aunque varios llegaron fuera de la fecha establecida.

No obstante, sus críticos consideran que estas iniciativas no cumplen con la profundidad y continuidad que exige el comité. Además, las decisiones de Trump de retirarse del Acuerdo de París y de confrontar con organismos multilaterales juegan en su contra. Como resume Græger: “El Nobel premia la cooperación, no el unilateralismo”.

A pesar de todo, Trump sigue impulsando su candidatura simbólica, convencido de que su figura “atraerá una atención global” al premio. Algunos analistas, con un tono irónico, sugieren que eso es precisamente lo que el comité intenta evitar.

Los premios Nobel de la Paz más recordados

A lo largo de los años, el Nobel de la Paz ha estado envuelto en controversias. Un ejemplo es el caso de Henry Kissinger y Le Duc Tho, quienes recibieron el galardón en 1973 por los Acuerdos de París mientras la guerra de Vietnam aún no había terminado. De hecho, Le Duc Tho rechazó el premio.

En la historia nacional, recordamos a Adolfo Pérez Esquivel, quien fue honrado en 1980 por su labor durante la última dictadura en Argentina. En 2009, Barack Obama recibió el Nobel, poco tiempo después de asumir la presidencia, lo que generó críticas y marcó un precedente de cautela para el comité.

Entre los laureados más memorables se encuentran Nelson Mandela y Frederik de Klerk, premiados en 1993 por el fin del apartheid, Malala Yousafzai en 2014 por su defensa del derecho a la educación femenina, y Médicos Sin Fronteras, galardonados en 1999 por su obra humanitaria en zonas de conflicto.

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