De estrella del deporte a la quiebra total: su historia
Durante años, Bradley Wiggins fue uno de los atletas más admirados de Reino Unido, convirtiéndose en un símbolo del ciclismo a nivel mundial. Su historia es increíble: de ganar millones y alcanzar la cúspide del éxito, hoy enfrenta una profunda crisis económica que lo tiene al borde de perderlo todo, incluso sus valiosas medallas.
Wiggins se destacó por su talento y disciplina. Fue el primer británico en ganar el Tour de Francia y se alzó con cinco medallas de oro en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, su vida luego del retiro no ha sido fácil. Una serie de problemas financieros lo llevaron a una situación complicada.
La Historia de Bradley Wiggins: De Pentacampeón Olímpico a la Quiebra
Nacido en Bélgica y criado en Londres, Wiggins se enamoró del ciclismo desde pequeño, inspirado por su padre, Gary Wiggins, también ciclista. Desde joven, mostró una determinación feroz que lo llevó a representar a Reino Unido en competencias internacionales. Con esfuerzo y dedicación, se consolidó como una de las grandes promesas del deporte británico.
Su consagración llegó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde obtuvo su primera medalla de oro. Repitió este logro en Pekín 2008, Londres 2012 y Río 2016, acumulando un total de ocho medallas olímpicas —cinco de ellas doradas—. En 2012, alcanzó la cima de su carrera al ganar el Tour de Francia, lo que no solo lo catapultó a la fama, sino que también le brindó una fortuna considerable.
Pero después de su retiro, las cosas se complicaron. Inversiones fallidas, divorcios costosos y otros problemas personales lo llevaron a una situación financiera crítica. Se estima que Wiggins tiene deudas que superan el millón de libras esterlinas y corre el riesgo de perder sus trofeos y medallas para saldar sus compromisos.
A sus 45 años, el exdeportista comparte que atraviesa un periodo oscuro y se siente “traicionado y abandonado”. A pesar de su legado en el ciclismo, hoy lucha por reconstruir su vida y mantener la esperanza de recuperarse. Su historia nos recuerda que, más allá de los logros deportivos, todos enfrentamos desafíos y que, incluso fuera de la pista, el espíritu competitivo sigue vivo.