Los cambios que llevaron a José Luis Espert a la oposición
Durante los últimos días, se produjo un verdadero baile en el oficialismo que sorprendió a muchos, o al menos a los que no querían verlo. Lo que parecía una candidatura sólida de José Luis Espert como primer diputado por la provincia de Buenos Aires terminó en un replanteo estratégico: se bajó antes de que lo hicieran. Una vez más, Karina Milei mostró que sabe manejar los riesgos mejor que varios de los que forman parte de La Libertad Avanza (LLA), incluyendo al propio presidente, Javier Milei.
La razón detrás de este cambio repentino fue un escándalo ligado a una transferencia de 200.000 dólares desde una cuenta de alguien con antecedentes oscuros, lo que generó un sismo en el oficialismo. Desde el martes, el clima interno se tornó tenso: ministros de gabinete, la misma Karina y figuras como el ex-presidente Mauricio Macri comenzaron a hablar de mantener cierto distanciamiento político respecto a Espert. En Olivos, muchos no querían continuar con la campaña bonaerense bajo esa sombra.
El miércoles, la atmósfera se volvió más pesada. La mesa chica del oficialismo debatió acaloradamente si seguir apoyando a Espert era más una ventaja o un estallido en potencia. Su discurso se tornaba confuso y lleno de evasivas, y quienes lo rodeaban admitían que él mismo había entrado en un laberinto. Javier Milei, enfrentado a una situación delicada, no podía permitirse el lujo de seguir protegiendo a alguien que se transformaba en blanco de críticas diarias.
No fue un giro de 180 grados; en días previos, ya había indicios en redes sociales y mensajes que anticipaban movimientos. En este escenario, Karina actuó rápidamente para ajustar la estrategia antes de que la tormenta afectara a todos. En Balcarce 50, las encuestas confirmaban un descenso en la intención de voto en Buenos Aires, lo que llevó a la rápida conclusión de que sostener la candidatura de Espert podría comprometer toda la campaña presidencial.
Comenzaron a discutirse posibles reemplazos, y Diego Santilli se convirtió en el nombre más mencionado. Este vínculo no era nuevo; desde hacía semanas, el gobierno estaba tanteando una alternativa, pero la situación de Espert aceleró todo. Karina y Macri coincidieron en que Santilli podría aportar competitividad, incluso en un esquema mixto que incluyera a liberales y al PRO. La operación se trasladó a la Secretaría General de la Presidencia, donde se analiza cómo realizar este cambio sin necesidad de reimprimir boletas.
A pesar de sus esfuerzos por mantener su candidatura, como publicar mensajes de apoyo de Milei y afirmar que “no me bajo nada”, Espert no lograba el respaldo necesario. Cada aparición pública recordaba una falta de solidez y, con el tiempo, los rumores y especulaciones solo crecían. Cuando finalmente anunció su renuncia, la situación parecía casi orquestada. No fue un fracaso absoluto, sino una jugada que favoreció a todos menos a quien se quedó afuera. Karina, al frente de la operación, dejó claro quién tiene el control en este tablero.
El desafío ahora será reconstruir la imagen del oficialismo, presentando este movimiento como una muestra de “responsabilidad interna”, más que como un acto oportunista. Mientras tanto, Karina continúa manejando los hilos en las sombras, evitando interferir demasiado en el ruido público.