Puntos clave que debes conocer
Las retenciones a las exportaciones fueron un tema candente en 2024, representando el 4,5% de la recaudación total del Estado nacional. La reciente decisión de eliminarlas temporalmente generó expectativas entre los productores, quienes imaginan que esta medida podría extenderse por más tiempo.
Ante esta situación, los gobernadores de las provincias de la Zona Núcleo agropecuaria, que son las más afectadas por este impuesto, están buscando maneras de suprimirlo sin que el costo fiscal sea demasiado alto. Esta es una cuestión delicada, ya que cada provincia tiene sus propias realidades y necesidades.
Algunos análisis sugieren que la eliminación de las retenciones podría impactar en 2026 con un aumento del 0,1% del PBI en la recaudación del Impuesto a las Ganancias. ¿Cómo? La lógica es que esto resultaría en un incremento en la facturación de este año.
La idea de Pullaro
En el Gobierno de Santa Fe sostienen que si se eliminan por completo los derechos de exportación, se podría compensar esta pérdida con un aumento de la tributación interna de hasta un 85%. En términos simples, en 2024, las retenciones significaron $6 billones de un total de $131 billones, lo que implica que si no existieran, la recaudación podría haber sido de $5,1 billones.
Esta propuesta fue presentada por el ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares, en un panel sobre reforma tributaria del Amcham Agribusiness Forum, donde se reúnen varias empresas estadounidenses en el país. Olivares comentó que el impacto negativo de las retenciones no solo se siente en el bolsillo de los productores, sino en toda la economía.
Él enfatizó la importancia de entender que la falta de retenciones podría mejorar considerablemente la producción. “Todos sabemos que la frontera productiva sería mucho mayor si no tuviésemos estas cargas fiscales; habría millones de toneladas de producción adicionales”, agregó.
Según el análisis del ministro, al eliminar el impuesto, la recaudación interna podría mejorar aún más gracias a la mayor facturación derivada de una demanda más activa del mercado.
¿Podría subir la producción en 16 millones de toneladas?
Olivares explicó que al quitar el impuesto, se podría esperar una “recuperación con tributación interna por efecto de una mayor facturación”. Además, hay un potencial de 16 millones de toneladas adicionales que se podrían producir. Esto no es solo teoría; el ministro considera que la eliminación de las retenciones facilitaría la distribución de los beneficios fiscales entre las provincias.
Además, afirmó que esto llevaría a una menor evasión fiscal, lo que también sería favorable para toda la economía argentina.
Mendoza apoya la quita de retenciones
En línea con esta postura, Victor Fayad, el ministro de Hacienda y Finanzas de Mendoza, expresó que aunque las exportaciones de economías regionales no enfrentan retenciones, también podrían beneficiarse de su eliminación.
“Sin retenciones, habría más tierra cultivable, lo que generaría más ingresos por Impuestos a las Ganancias, y eso se traduce en un aumento de la coparticipación para las provincias”, afirmó Fayad.
Se estima que la eliminación temporal de las retenciones a productos como la soja, el trigo y el maíz implicó un costo fiscal equivalente al 0,15% del PBI, aproximadamente unos u$s1.500 millones. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) considera que, con esta medida, las empresas cerealeras contarían con más rentabilidad que si tuvieran que pagar el Impuesto a las Ganancias, aunque este beneficio se vería reflejado a partir de 2026, ya que se trata de un impuesto anual.