Hamás denuncia terrorismo marítimo en intervención israelí

El movimiento palestino Hamás condenó este miércoles la reciente operación de la Marina israelí contra la Flotilla Global Sumud, que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria. Calificaron la acción de piratería y terrorismo marítimo. A través de un comunicado publicado en un diario vinculado al grupo, Filastín, destacaron que la detención de activistas y periodistas en aguas internacionales es un “ataque traicionero” contra civiles.

Desde Hamás señalaron que estos episodios se suman a un historial de crímenes de la ocupación. La intervención fue considerada un ataque directo a los activistas internacionales que intentaban llevar ayuda urgente al pueblo palestino, que viven en condiciones de genocidio y hambruna sistemática desde hace dos años. La organización también resaltó la “valentía” de quienes participaron en la misión.

Además, hicieron un llamado a la comunidad internacional y a la ONU para que intervengan y garanticen la seguridad de los activistas. También pidieron a la población de otros países que se sumen a protestas y huelgas para “denunciar el ataque y exigir su cese inmediato”. Hasta el momento, el Ejército israelí ha interceptado varias embarcaciones, como el Alma, Adara y Sirius, que llevaban a participantes destacados, como la activista sueca Greta Thunberg, el brasileño Thiago de Avila, y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Según los informes, los detenidos serían llevados al puerto de Asdod.

El comunicado compartido en redes sociales por la organización advirtió que “las cámaras están fuera de línea y los barcos han sido tomados por personal armado”. Aún no hay información confirmada sobre el estado de los participantes ni de la tripulación, lo que ha generado gran preocupación. Se acusó a Israel de realizar un “ataque ilegal contra humanitarios desarmados” y se exigió a los gobiernos que actúen para liberar a los activistas.

Más tarde, la Flotilla reportó que las fuerzas israelíes atacaron varias de sus embarcaciones. El barco Florida habría sido embestido intencionadamente, mientras que otras naves como el Yulara y Meteque fueron alcanzadas por chorros de agua a presión. A pesar de estos incidentes, los organizadores informaron que todos los tripulantes se encuentran ilesos y calificaron estas acciones como “ataques ilegales contra barcos humanitarios desarmados”, sugiriendo que podrían constituir un crimen de guerra.

La flotilla había cruzado la zona de exclusión establecida por Israel, unos 200 kilómetros de la costa de Gaza, donde previamente también se habían producido intercepciones. Testigos mencionaron que al menos 20 barcos de guerra rodearon las embarcaciones principales, entre ellas el Alma, que es la insignia de la misión. Un periodista italiano a bordo del barquito Hilo relató cómo comenzó la intercepción al caer la tarde, describiendo que vio cómo el Sirius fue tomado.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, justificaron la operación argumentando que la flotilla fue advertida de que se dirigía a una “zona de combate activa” y que violaba un bloqueo naval legal. Israel sostiene que ofreció trasladar la ayuda a Gaza “por canales seguros” y tildó la misión de provocación disfrazada de iniciativa humanitaria.

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