Crecimiento del endeudamiento global genera preocupación entre inversores

El panorama de la deuda mundial se está complicando cada vez más. Con un aumento de los intereses y una dependencia creciente del financiamiento a corto plazo, la situación se vuelve crítica, especialmente para las finanzas públicas. Un reciente informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) muestra que, en el primer semestre de 2025, la deuda global alcanzó un récord histórico de 338 billones de dólares. Sin embargo, más allá de la magnitud de las cifras, lo que preocupa a los analistas son las estructuras de esta deuda.

El IIF señala que el aumento de las tasas de interés a largo plazo ha llevado a muchos países a optar por emisiones a corto plazo, lo que, a su vez, intensifica la presión sobre los bancos centrales para que mantengan las tasas de interés bajas. Esta estrategia puede parecer atractiva, pero también aumenta el riesgo, ya que obliga a los gobiernos a refinanciar sus deudas constantemente.

La situación es especialmente delicada en los mercados maduros. Aquí, las tensiones fiscales se sienten aún más. Aunque en varios países emergentes, como Chile y China, los ratios de deuda pública han aumentado significativamente, la respuesta del mercado ha sido mucho más severa en economías avanzadas. Las necesidades de endeudamiento siguen por encima de los niveles de antes de la pandemia, y no hay señales claras de que esta tendencia vaya a revertirse.

En muchas economías, el aumento de costos —por intereses, salud y defensa— agrava el problema. El costo del financiamiento, especialmente en bonos públicos, ha subido considerablemente, lo que genera expectativas sobre deterioros futuros. Mientras tanto, en Estados Unidos, los costos de préstamos a largo plazo se han reducido ligeramente gracias a una fuerte demanda exterior.

Crece la dependencia del financiamiento a corto plazo

Para muchos mercados, uno de los temas preocupantes es la creciente dependencia del financiamiento a corto plazo. Aunque la deuda a corto puede parecer manejable (representa cerca del 20% de la deuda pública total en EE. UU.), se convierte en un problema mayor cuando afecta al 80% de la emisión de bonos del Tesoro estadounidense. Esta dependencia puede ayudar a mantener las cifras de deuda más bajas, pero también expone a muchos países a cambios bruscos en la confianza de los inversores.

Además, la presión política sobre los bancos centrales para mantener las tasas de interés bajas aumenta a medida que se depende más del financiamiento a corto plazo. Esto genera inquietudes sobre la independencia de la política monetaria.

¿Puede ayudar la Inteligencia Artificial?

El estudio también plantea la pregunta de si la Inteligencia Artificial (IA) podría ser parte de la solución a este dilema de deuda. En EE. UU., se estima que la deuda federal podría escalar hasta el 145% del PIB para el 2050 si no se toman medidas. Sin embargo, un aumento en la productividad podría reducir significativamente estos niveles.

A pesar de ese potencial, los expertos advierten que los beneficios visibles de la IA podrían tardar en materializarse. La historia sugiere que cambios tecnológicos anteriores han tomado años para mostrar su impacto completo.

En resumen, mientras los países enfrentan una creciente carga de deuda, la diversidad en las tendencias de endeudamiento también es notable. Algunas naciones, como Canadá, China y Arabia Saudita, están experimentando aumentos en sus ratios de deuda total, mientras que otras, como Irlanda y Japón, están viendo descensos.

Sin duda, la situación es compleja y seguirá evolucionando a medida que se busquen soluciones en un entorno financiero incierto.

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