factores que podrían desestabilizar el sistema financiero global
El informe reciente de Hélène Rey, una destacada profesora de la London Business School y presidenta de la Asociación Económica Europea, arroja luz sobre un tema candente: las stablecoins. Estas monedas digitales, que están respaldadas por divisas o bonos soberanos, han conseguido atraer a millones de usuarios en un tiempo sorprendentemente corto. Esto permite hacer transacciones transfronterizas de manera continua y a muy bajo costo. Además, la nueva legislación en Estados Unidos, como el Genius Act, que regula las stablecoins, podría acelerar aún más su difusión a nivel global.
Rey subraya que esta tecnología ofrece un potencial enorme para innovar en los métodos de pago. Sin embargo, destaca que es fundamental encontrar un equilibrio entre los beneficios y riesgos que presentan, mediante una regulación que proteja a consumidores e inversores, y que limite efectos secundarios indeseados en el sistema financiero.
Beneficios y riesgos del uso de las stablecoins
Los aspectos positivos de las stablecoins van más allá de su eficiencia como medio de pago. La experta señala que su uso trae consigo funcionalidades nuevas, como la programabilidad de activos y la integración fluida de flujos de capital entre fronteras y diferentes clases de activos.
Por el lado de los riesgos, tanto el FMI como Rey advierten sobre la proliferación de emisores privados de moneda. Esta competencia por el señoreaje –la ganancia obtenida al emitir una moneda aceptada sin costo– puede llevar a una fragmentación y desestabilización del sistema financiero internacional. Se recuerda que en el siglo XIX sucedió algo similar, cuando muchos actores privados emitían su propia moneda. Además, la adopción masiva de stablecoins podría afectar significativamente la recaudación fiscal de los gobiernos y alterar el equilibrio del sistema monetario global.
Gita Bhatt, editora jefe de la revista, comenta que si las stablecoins, especialmente aquellas ligadas al dólar, se convierten en herramientas de pago globales, debemos estar listos para consecuencias importantes. Rey también menciona que el avance tecnológico está transformando los flujos de capital y la hegemonía monetaria a nivel internacional. La integridad de los datos será clave para mantener la estabilidad financiera.
El estudio también explora el desarrollo de la criptografía poscuántica, diseñada para resistir ataques de computadoras tanto clásicas como cuánticas. Aunque esta tecnología avanza, sigue habiendo incertidumbre en esta carrera tecnológica. Las redes monetarias más vulnerables podrían enfrentar crisis de confianza, lo que llevaría a salidas masivas de capital y otorgaría una ventaja a las monedas más seguras, bajando su costo de financiamiento.
¿En qué países sigue creciendo el uso de las stablecoins?
Rey resalta que la posesión global de stablecoins vinculadas al dólar ya supera a la de países como Arabia Saudita en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Este fenómeno fortalece el papel de EE.UU. como el “banquero mundial” y consolida el privilegio del dólar. No obstante, también impulsa una privatización del señoreaje y una concentración de riqueza en manos de unas pocas empresas y personas. Esta dinámica puede debilitar a las entidades bancarias tradicionales y complicar la transmisión de la política monetaria, afectando los esfuerzos de estabilización macroeconómica.
La autora analiza también el impacto de la tokenización de activos y de las futuras monedas digitales de bancos centrales (CBDC), que podrían facilitar transferencias internacionales más rápidas y seguras. Añade que las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi) ampliarían el acceso a activos globales y reducirían costos de intermediación, aunque traen consigo grandes desafíos regulatorios y riesgos de fragmentación.
El auge de las monedas privadas y de los sistemas tokenizados generará mayor competencia entre divisas y provocar desplazamientos significativos de cartera entre redes monetarias. Con la posibilidad de controles de capital programables, anticipamos un sistema monetario internacional más multipolar y quizás más frágil. Rey advierte que la historia demuestra que las monedas privadas, sin el respaldo de un Estado capaz de recaudar impuestos y hacer cumplir contratos, tienden a generar inestabilidad y corridas.
Por último, el estudio señala los efectos fiscales, en especial para las economías más débiles. La falta de regulación y la opacidad en los flujos de capital relacionados con criptoactivos pueden facilitar la evasión fiscal, el lavado de dinero y la elusión de sanciones, erosionando las bases impositivas de muchos países. Además, la recolección de datos sobre estos flujos es aún incipiente, lo que dificulta la supervisión y respuestas efectivas por parte de las autoridades.