El creador de ChatGPT analiza el crecimiento de los bots

“He tenido la experiencia más extraña” al leer ciertas publicaciones, dice Sam Altman, el creador de ChatGPT. En un extenso mensaje en sus redes, se refirió a lo que siente que está pasando en Internet. Charla sobre cómo la experiencia en la web se ha transformado y cómo eso se relaciona con el crecimiento de los bots, perfiles falsos y trolls.

Este comentario surge tras explorar temas de Inteligencia Artificial en redes como X y Reddit. “De alguna forma, la Twitter de AI/Reddit de AI se siente muy falsa, de una manera que no ocurría hace un año o dos”, añade con sinceridad.

Del auge de los bots a la idea del Internet muerto

Altman compartió su experiencia en el subreddit r/ClaudeCode. Allí encontró mensajes que comparaban su sistema de programación, Codex, con el de su competidor, Anthropic. Varios usuarios comentaron que habían dejado Claude Code por Codex, lo que fue un buen indicio para los planes de Altman. Pero, a pesar de los comentarios, calificó la experiencia de leer esos mensajes como “muy extraña” y “falsa”.

Más allá de la tendencia del astroturfing y la noción del Internet muerto, Altman profundizó en lo que lo llevó a esta sensación. Mencionó que “las personas reales han adoptado peculiaridades del lenguaje de los modelos de lenguaje, hay una multitud extremadamente conectada, y el ciclo de entusiasmo ha llevado a un extremismo por el que hemos vuelto”. Además, destacó cómo la monetización de los creadores ha influido en esto, mencionando que “otras empresas nos han astroturfizado”, lo que le hace estar aún más alerta.

Astroturfing y la noción del Internet muerto

El astroturfing se ha vuelto un recurso común para influir en la opinión pública. Esta táctica, presente en el marketing y la comunicación política, busca crear la ilusión de que ciertos debates son auténticos, cuando en realidad son promovidos por usuarios que comparten mensajes como si fueran emergentes. Esto se ha visto en muchos contextos, incluso en elecciones en Corea del Sur.

Detectar el astroturfing no es fácil. Muchos de quienes lo llevan a cabo no son figuras populares, sino nano o microinfluencers con pocos seguidores, que pasan desapercibidos en la inmensidad digital. Su función es introducir temas y crear conexiones sin levantar sospechas, evitando mensajes agresivos o con odio para mantener un perfil bajo.

Por otro lado, la teoría del Internet muerto comenzó a circular en 2017. Algunos usuarios notaron que la web ya no se sentía igual. Lo que antes eran intercambios genuinos y charlas espontáneas parecía ser sustituido por un flujo monótono de publicaciones repetitivas.

Los defensores de esta idea creen que entre 2016 y 2017, con el avance de algoritmos sofisticados y la expansión de la inteligencia artificial en grandes plataformas, el verdadero espíritu de Internet “habría muerto”.

El núcleo de esta teoría plantea que muchas interacciones en línea —comentarios, reseñas y debates— pueden no ser de personas reales, sino de sistemas automatizados. En otras palabras, bots que generan millones de interacciones, creando una falsa sensación de actividad humana constante.

Con la llegada de la inteligencia artificial generativa, que puede crear contenido en grandes cantidades, se hizo más evidente esta situación. Muchas de estas producciones buscan mejorar la visibilidad en buscadores o aumentar los ingresos publicitarios con poco esfuerzo humano.

Un informe de la firma de ciberseguridad Imperva indicó que en 2021, estos usuarios automatizados representaban 42,3% del tráfico en Internet. Según la revista TIME, este número superó el 51% en 2024.

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