Luis Caputo deberá ajustar un 14% si el Congreso aumenta gasto

El Gobierno argentino enfrenta un panorama complicado para cerrar el año: se estima que deberá aplicar un recorte del 14% en los gastos no automáticos. Esto surge tras el aumento de costos que trae consigo el proyecto de ley de emergencia por discapacidad, la distribución de fondos de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el reparto del Impuesto a los Combustibles. Es un momento crítico, ya que, si no se realiza este ajuste adicional, las cuentas públicas quedarán bajo presión, lo que podría llevar a incumplir la meta fiscal acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Según un informe del Instituto de Investigaciones Económicas para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), esta situación es parte de una proyección más amplia sobre el escenario fiscal para el resto del año. El estudio, elaborado por los expertos Marcelo Capello y Federico Beich, ya anticipaba un ajuste del 12% debido a la inflación que afecta las partidas del presupuesto ajustadas por IPC.

La expectativa es que en los últimos cinco meses del año el gasto automático suba un 15% anual real. Para cumplir con el compromiso del FMI de un superávit primario de 1,6% del PBI para 2025, se estima que el gasto no automático debería bajar un 12% anual real en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esto no es solo una cifra en el papel; tiene un verdadero impacto en el día a día de todos.

Teniendo en cuenta la nueva ley sobre discapacidad y si se aprueban los proyectos de ley sobre ATN e impuesto a los combustibles, se prevé que, para alcanzar el superávit primario del 1,6% del PBI, se requiera un ajuste aún más pronunciado, cercano al 14% anual real entre agosto y diciembre. En otras palabras, el Gobierno tendría que reducir el gasto por encima de lo que ya se había previsto.

El informe del IERAL también pone de relieve que, aunque el gasto primario muestra un aumento real anual del 2,4% en los primeros siete meses de 2025, todavía es un 29% inferior al del mismo periodo del año pasado. En cuanto al gasto en personal, se observó una reducción del 6%, que se deriva de la disminución de planta y la evolución de salarios, acumulando un ajuste del 24% con respecto a 2023.

Sorprendentemente, otros gastos de funcionamiento se incrementaron un 28% real anual en lo que va de 2025, aunque reflejan un ajuste del 18% en comparación con 2023. En el caso de las jubilaciones, estas crecieron un 20% anual real entre enero y julio, pero siguen siendo un 10% inferiores a lo gastado en 2023. Por su parte, la Asignación Universal por Hijo (AUH) subió un 33% en 2025, acumulando un incremento del 55% real anual respecto al mismo periodo del año pasado.

El panorama para los subsidios a la energía no es alentador; han disminuido un 56% en los primeros siete meses del año y un 7% en comparación con 2023. También se ha visto una reducción significativa en las transferencias a empresas públicas, con una caída del 45% respecto a 2024 y del 64% con relación a 2023. Las transferencias discrecionales a las provincias están subiendo este año, pero esto se debe a que prácticamente no hubo en 2024.

Con todo esto, la situación fiscal se presenta como un desafío constante para el Gobierno, y los ajustes en las partidas quedan a la vista como una necesidad urgente para tratar de mantener un equilibrio en las cuentas públicas.

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