El papa León XIV canoniza a Carlo Acutis, santo digital

El joven Carlo Acutis, conocido como el primer santo del milenio, fue canonizado en una emotiva ceremonia en la Plaza de San Pedro, presidida por el papa León XIV. Carlo, quien falleció a los 15 años, es recordado por su trabajo en la creación de sitios web que difundían la enseñanza católica. Para muchos, él es un verdadero “influencer de Dios”.

La ceremonia en el Vaticano reunió a miles de fieles y también canonizó a otro joven italiano, Pier Giorgio Frassati, un apasionado del alpinismo y del compromiso social. Juntos, ambos santos se convierten en ejemplos inspiradores, especialmente para los jóvenes, al recordar que la vida debe ser orientada hacia lo alto.

Con sus propios talentos, Carlo acumuló un legado digital. A través de sus sitios web, documentó “milagros” y ayudó a promover la fe de una manera moderna y accesible. Su enfoque innovador le valió el reconocimiento como un precursor en el uso de las redes para la evangelización.

Durante la ceremonia, el Papa destacó: “Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis nos invitan a no desperdiciar la vida, sino a transformarla en una obra maestra”. Estas palabras resonaron en los jóvenes presentes, como Filippo Bellaviti, de 17 años, quien compartió que Carlo fue un ejemplo a seguir.

La canonización estaba planificada para abril, pero se pospuso tras la muerte del papa Francisco. Desde entonces, más de un millón de personas han peregrinado a Asís, donde Carlo descansa, cuidando su cuerpo en cera. Este sitio se ha convertido en un punto de encuentro espiritual significativo.

Además, la iglesia donde fue bautizado en Londres, Nuestra Señora de los Dolores, ha visto un aumento de visitantes desde el anuncio de su canonización. Un antiguo confesionario allí se ha convertido en un santuario en su honor, conservando un mechón de su cabello.

Carlo nació en Londres, pero su familia se mudó a Milán, donde pronto se destacó por su amor por la informática y los videojuegos. Sin embargo, su vida se apagó demasiado pronto, en 2006, a causa de leucemia. Su madre, Antonia, ha sido una ferviente promotora de su santidad, compartiendo historias conmovedoras sobre los “milagros” que han ocurrido desde su muerte.

Uno de los milagros más destacados ocurrió el día de su funeral, cuando una mujer que sufría de cáncer rezó por Carlo y sorprendida, descubrió que su enfermedad había desaparecido. La historia de Carlo Acutis nos recuerda la fuerza de la fe y cómo, con pasión y dedicación, se puede dejar huella, incluso en un mundo moderno y digital.

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