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El Déficit de Cuenta Corriente en Argentina y su Impacto en el Tipo de Cambio

El déficit de cuenta corriente en Argentina ha despertado serias preocupaciones entre economistas y analistas. Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reportó un déficit de 5.191 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, contrastando drásticamente con el superávit de 176 millones de dólares del mismo período del año anterior. Este deterioro se ha visto impulsado por un déficit significativo en la balanza de servicios y una caída del 60% en el superávit comercial, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la recuperación económica en el país.

El ministro de Economía, Luis Caputo, ha calificado el déficit como razonable y saludable para una economía que supuestamente crece a un ritmo del 6%. Sin embargo, muchos economistas advierten que esta narrativa puede no reflejar la realidad. La balanza cambiaria del Banco Central (BCRA) reportó un déficit de 149 millones de dólares en mayo, continuando una tendencia de déficits que se ha mantenido durante 12 meses consecutivos.

La tendencia es preocupante: el balance cambiario del Banco Central (BCRA) reportó un déficit de u$s149 millones en mayo. Depositphotos

Un Déficit de Cuenta Corriente en Ascenso

La cuenta corriente, que mide la diferencia entre ingresos y egresos de divisas por bienes, servicios, rentas y transferencias, ha mostrado un desbalance creciente. El déficit de 5.191 millones de dólares en el primer trimestre de 2025 se compara desfavorablemente con el superávit de 903 millones de dólares del trimestre anterior. El déficit en la balanza de servicios, que alcanzó 4.502 millones de dólares, ha sido el principal factor detrás de este deterioro, con los gastos en turismo contribuyendo significativamente al problema.

  • Superávit de la balanza de bienes: A pesar de mantener un superávit de 2.060 millones de dólares, este resultado representa una caída del 60% en comparación con el mismo período de 2024.
  • Dependencia de capitales externos: La cuenta financiera mostró ingresos netos de 7.229 millones de dólares, lo que indica una dependencia preocupante de flujos de capital para financiar el déficit de cuenta corriente.

El aumento de los viajes al exterior en un 48,9% interanual, combinado con la caída del 10,1% en la llegada de turistas extranjeros, está exacerbando la situación, lo que plantea serios desafíos para el gobierno.

El Tipo de Cambio Atrasado como Catalizador

El núcleo del problema radica en la política cambiaria actual. La apreciación del peso, evidenciada por un Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que promedió 80,4 puntos en el primer trimestre de 2025, ha encarecido la economía en términos de dólares. Indicadores como el Big Mac Index colocan a Argentina con el segundo Big Mac más caro del mundo, lo que refleja un aumento de precios internos frente a un tipo de cambio nominal relativamente estable.

El sector del turismo ilustra esta dinámica, con gastos por viajes al exterior que alcanzaron 4.923 millones de dólares, superando ampliamente los 1.459 millones de dólares ingresados por turistas extranjeros. Este déficit neto ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar las políticas cambiarias vigentes.

La Respuesta del Gobierno: Optimismo Bajo Scrutinio

El gobierno ha intentado minimizar la gravedad del déficit, presentándolo como un subproducto de un crecimiento económico robusto. Sin embargo, esta narrativa no toma en cuenta la contribución del sector público a la demanda de divisas, lo que podría complicar aún más la situación. Aunque se espera que el crecimiento de las exportaciones ayude a restablecer el equilibrio externo, los desafíos son significativos.

Implicaciones para Inversores y Policymakers

El déficit creciente de cuenta corriente enciende alertas sobre la vulnerabilidad externa de Argentina. Las opciones de financiamiento son limitadas y la dependencia de deuda podría resultar insostenible a largo plazo. La capacidad del gobierno para impulsar las exportaciones y gestionar las reservas internacionales será crucial en este contexto.

Además, el retraso cambiario sigue siendo un tema central. Para abordar estos problemas, es fundamental permitir un funcionamiento más libre del mercado de cambios, lo que podría ayudar a corregir el atraso cambiario y aliviar la presión sobre el tipo de cambio.

Perspectivas: Riesgos y Oportunidades

Las perspectivas para la segunda mitad de 2025 dependen de varios factores clave, incluyendo la capacidad del gobierno para impulsar las exportaciones y la acumulación de reservas internacionales. Sin embargo, el riesgo de volatilidad cambiaria persiste, especialmente con las elecciones programadas para finales de 2025.

El superávit fiscal del gobierno, aunque es un logro importante, puede no ser suficiente para contrarrestar las presiones de un déficit de cuenta corriente que amenaza la estabilidad externa. Sin una acción decisiva para abordar la apreciación del peso, el déficit de cuenta corriente podría erosionar los avances fiscales logrados hasta ahora.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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