Medidas para Liberar los Dólares del Colchón: Pese al Anuncio Persisten las Incertidumbres
En una conferencia de prensa repleta de expectativas, el Gobierno, liderado por el vocero presidencial Manuel Adorni, presentó un paquete de medidas para incentivar el ingreso de capitales no declarados a la economía formal. Este plan, conocido como liberar los dólares del colchón, busca facilitar la formalización de ahorros que actualmente permanecen fuera del sistema.
Sin embargo, las disposiciones anunciadas, enfocadas en la simplificación de los regímenes de información fiscal, no constituyen un verdadero blanqueo de capitales, lo que deja interrogantes sobre su efectividad para atraer fondos no declarados y garantizar la seguridad jurídica a los contribuyentes. Aunque se trata de un avance hacia la desburocratización, el impacto real dependerá de los detalles legislativos que aún están pendientes de definición.

Contexto y Expectativas Previas
En semanas anteriores, el ministro de Economía había adelantado iniciativas para canalizar los ahorros no declarados, estimados en miles de millones de dólares, hacia la economía real. La expectativa era alta, especialmente después de un blanqueo exitoso hace seis meses, que permitió la regularización de fondos sin costo fiscal y con disponibilidad inmediata. Sin embargo, el anuncio se postergó para evitar la percepción de una maniobra electoral, lo que alimentó la especulación entre analistas e inversores sobre la necesidad de un marco robusto que garantizara la formalización de capitales sin riesgos legales.
Las Medidas Anunciadas: Simplificación, pero Sin Blanqueo
El núcleo de las medidas se centra en la modificación de los regímenes de información que obligan a bancos, escribanos, inmobiliarias y otros agentes económicos a reportar operaciones a la Agencia de Recaudación de la Ciudad Autónoma (ARCA). Entre las disposiciones clave, se eliminan los requisitos de informar transacciones con tarjetas de crédito y débito, así como transferencias bancarias por montos significativos. También se han elevado los umbrales de notificación para movimientos financieros, buscando reducir la carga administrativa sobre los contribuyentes.
Juan Pazo, titular de ARCA, explicó que estas reformas buscan simplificar la vida del ciudadano y reducir los costos asociados a la burocracia. Estas modificaciones responden a una demanda del sector privado, que ha señalado que los regímenes de información complican las operaciones legítimas y no combaten eficazmente la evasión fiscal.
La Gran Ausencia: Un Marco Jurídico
A pesar de las simplificaciones, las medidas no constituyen un blanqueo de capitales, lo que ha generado desconcierto entre los contribuyentes. El plan para liberar los dólares del colchón carece de un componente esencial: un marco normativo que garantice que los fondos no declarados incorporados a la economía formal no serán objeto de fiscalizaciones o sanciones futuras. Adorni intentó calmar estas preocupaciones al afirmar que a partir de ahora, todos serán inocentes hasta que ARCA demuestre lo contrario, aunque esta afirmación carece de respaldo legal y deja a los contribuyentes en una situación vulnerable.
Un ejemplo hipotético ilustra el riesgo: un contribuyente que utiliza u$s150.000 no declarados para comprar una propiedad podría enfrentar problemas al presentar su declaración de bienes personales. Si ARCA exige justificar el origen de los fondos, la falta de ingresos declarados podría llevar a sanciones o acciones penales. Sin una normativa que ampare explícitamente estas operaciones, los ahorristas quedan expuestos a la discrecionalidad del fisco.
Proyectos de Ley: Una Promesa en el Horizonte
El Gobierno ha anunciado que enviará al Congreso dos proyectos de ley para complementar las medidas presentadas. Se espera que estas iniciativas aborden la necesidad de un marco legal que brinde garantías a quienes decidan incorporar fondos no declarados a la economía formal. El éxito de estas medidas dependerá de la claridad y robustez de las normas propuestas. Sin un blanqueo explícito y condiciones favorables, es poco probable que los tenedores de capitales no declarados se arriesguen a formalizarlos.
El precedente del blanqueo anterior añade un matiz a la discusión. Aquella iniciativa, que permitió regularizar fondos sin costo fiscal y con acceso inmediato, logró incorporar capitales al sistema formal. Sin embargo, muchos de esos fondos no se tradujeron en inversiones productivas, lo que plantea la pregunta: ¿qué incentivos adicionales ofrecerán las nuevas medidas para convencer a los ahorristas de asumir riesgos?
Perspectivas a Futuro
El Gobierno enfrenta el desafío de transformar sus intenciones en políticas efectivas. Los proyectos de ley que se presentarán al Congreso serán cruciales para determinar si el plan logra su objetivo de canalizar capitales no declarados hacia la economía productiva. Los inversores estarán atentos a los detalles, especialmente en cuanto a garantías contra fiscalizaciones retroactivas.
En el corto plazo, las medidas anunciadas no parecen generar un impulso en la actividad económica. Sin un blanqueo explícito y un marco normativo sólido, es improbable que los ahorros no declarados fluyan hacia la economía formal. Por el momento, aunque el dinero no declarado puede ser más difícil de detectar, el riesgo y las consecuencias para los contribuyentes permanecen.