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Mileinomics: La alquimia del ajuste con deuda ajena

En un contexto donde la economía global enfrenta desafíos estructurales, el gobierno de Javier Milei ha decidido implementar un ajuste fiscal que se presenta como heroico, pero que oculta cifras maquilladas y promesas vacías. En este escenario, la economía real se enfrenta a la resistencia de una población que siente los efectos de la crisis en sus bolsillos. Mientras el presidente intenta exportar un relato monetarista al mundo, paradójicamente, Estados Unidos, su aliado estratégico, está comenzando a retirar el crédito.

Este artículo se adentra en los datos que el entusiasmo oficial ignora, revelando las fisuras del optimismo a corto plazo. En una nación donde el ajuste se celebra, todo parece caer… excepto la duda. La estrategia del gobierno parece centrarse en un alineamiento unilateral con Estados Unidos, un movimiento arriesgado, especialmente cuando el propio país norteamericano muestra signos de fragilidad fiscal y un creciente endeudamiento.

Mientras el Presidente exporta épica monetarista al mundo, el mundo -paradójicamente- le retira crédito a su aliado estratégico: Estados Unidos.

Un análisis crítico del ajuste fiscal

El gobierno ha tratado de presentar datos de inflación que sugieren una mejora. En abril, el índice de precios al consumidor (IPC) mostró un incremento del 2,78% intermensual, lo que ha permitido al oficialismo afirmar que hay una tendencia desinflacionaria. Sin embargo, al profundizar en los datos, se revelan presiones inflacionarias que el gobierno minimiza. La inflación subyacente mensual alcanzó el 3,2%, superior a la inflación general, lo que indica rigideces en los precios, especialmente en servicios.

Además, el ajuste estacional del último trimestre muestra una inflación anualizada del 32%. Aunque es una disminución respecto a diciembre de 2024, este descenso es marginal y condicionado por políticas fiscales restrictivas y un tipo de cambio controlado. La estrategia de pisar los aumentos en tarifas podría reducir temporalmente la inflación, pero también posterga tensiones tarifarias que, una vez liberadas, podrían reavivar la presión inflacionaria.

Los precios mayoristas también son preocupantes, con un aumento del 2,8% en abril, casi el doble del 1,5% de marzo. La presión del tipo de cambio oficial se refleja en los precios de bienes importados, lo que anticipa futuros aumentos en precios minoristas.

Desafíos del contexto internacional

El panorama internacional es aún más inquietante. La reciente rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Moodys, que sigue a decisiones similares de Fitch y S&P, indica un deterioro fiscal que no se puede ignorar. Este tipo de degradaciones son percibidas por los mercados como signos de vulnerabilidad estructural, lo que complica aún más la apuesta argentina por alinearse estratégicamente con EE. UU.

La narrativa oficial que celebra la caída de la inflación y la estabilidad cambiaria no toma en cuenta las consecuencias sociales y el deterioro productivo. La contracción económica se presenta como un logro, pero es más un desmantelamiento de capacidades productivas que un camino sostenible hacia el crecimiento.

El optimismo y sus pies de barro

El gobierno parece depositar su capital político y económico en una narrativa de éxito basada en datos fragmentarios. A pesar de que hay cierta moderación en la inflación, las rigideces estructurales y los costos sociales son significativos. El crecimiento económico es más una promesa que un indicador tangible. En este contexto, el ajuste se presenta como un sacrificio que, en realidad, afecta a la población más vulnerable.

Mientras el presidente afirma que el ajuste lo paga la casta, la realidad es que la inflación la sigue pagando el ciudadano común. Esta estrategia no parece ser económica, sino casi teológica: se espera que la fe en el crédito externo se materialice justo cuando los mercados bajen la guardia. Sin embargo, los datos actuales no respaldan esta visión optimista, y las expectativas se sienten desajustadas con la realidad económica.

Como diría un trader cínico: Si esto es un plan, o es muy brillante… o es demasiado argentino. Y la sensación es que no es lo primero.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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