PRO: Mauricio Macri, el Padre de una Derrota sin Atenuantes
El PRO ha sufrido una categórica derrota en la Ciudad de Buenos Aires, marcando su primer revés en 20 años. La lista encabezada por Silvia Lospennato se posicionó en tercer lugar con solo el 15,93% de los votos, perdiendo en todas las comunas y poniendo en riesgo su control sobre la Legislatura porteña. Este golpe es un knock out para Mauricio Macri, quien fue la cara visible de la campaña junto a María Eugenia Vidal.
La boleta del PRO quedó a 15 puntos de La Libertad Avanza y también por detrás del armado panperonista liderado por Leandro Santoro. En un contexto de baja participación electoral, el PRO no logró alcanzar el umbral del 20% de los votos, lo que complica su capacidad de mantener quórum en la Legislatura. La atomización del voto entre las distintas agrupaciones de Juntos por el Cambio, como la UCR de Martín Lousteau y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, ha afectado significativamente los resultados.

Crisis del PRO
Este resultado no solo amenaza la gobernabilidad del PRO en la Legislatura, sino que también hiere de muerte el liderazgo de Mauricio Macri al frente del partido. Su apoyo constante a las iniciativas del gobierno de Javier Milei ha diluido la identidad del PRO, lo que ha llevado a la fuga de figuras clave como Patricia Bullrich y Diego Santilli.
La derrota obliga al gabinete de Jorge Macri a reconfigurarse y a cambiar su enfoque para intentar retener el control de la ciudad ante las elecciones de 2027. Lo que antes era considerado un blindaje electoral, la marca Macri, se ha convertido en un estigma que pone en riesgo la subsistencia del partido frente al ascenso de LLA.
Con un 15% de los votos, la situación del PRO es crítica. La campaña errática de Macri, quien intentó defender el distrito casi como si fuera su hogar, lo convierte en el principal responsable de este descalabro, a pesar de la gestión de Jorge Macri, que hizo campaña en soledad y sin el respaldo de sus ministros.
La Lista de Mauricio Macri
El comicio terminó polarizado entre Manuel Adorni y Leandro Santoro, dejando a Lospennato fuera de la contienda. Esta candidata fue impuesta de urgencia, ya que otros nombres, como el de Vidal, se negaron a participar. La lista estuvo dominada por figuras cercanas a Macri, quienes finalmente no lograron hacer pie en las urnas.
La estrategia de nacionalización de la campaña promovida por Javier Milei fue decisiva para impulsar la candidatura de Adorni. La polarización resultó evidente, y el PRO no logró capitalizar el descontento del electorado. La derrota sufrida en su bastión, donde no perdían desde 2003, se proyecta a la provincia de Buenos Aires, donde Macri queda desdibujado como interlocutor ante LLA.
La situación actual, marcada por la erosión del liderazgo de Macri y la fuga de sus principales aliados, pone al PRO en una encrucijada. Las consecuencias de esta derrota se sentirán no solo en la Legislatura de la Ciudad, sino también en el Congreso, donde muchos de los diputados del macrismo responden ahora a Bullrich. La era del PRO, que gobernó sin interrupciones durante dos décadas, podría estar llegando a su fin si no logra reconfigurar sus alianzas y estrategias ante el avance de LLA.