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Economías regionales: crisis y propuestas para el desarrollo

La producción de peras en el Alto Valle es solo una de las muchas actividades afectadas por la creciente importación de alimentos. En la actualidad, los argentinos consumen peras de China, naranjas de Egipto, cerdo de Brasil y tomates chilenos. Las economías regionales argentinas atraviesan una crisis sin precedentes debido a la decisión del Gobierno nacional de abrir indiscriminadamente las importaciones de alimentos que podrían producirse localmente.

Esta situación ha puesto en aprietos a los productores de las economías regionales, en su mayoría micro, pequeñas y medianas empresas, que observan con preocupación cómo, solo en el primer trimestre de 2025, las importaciones de alimentos se duplicaron.

La producción de peras en el Alto Valle, una de las actividades afectadas por la importación.

Impacto en la producción local

Recientemente, los productores bananeros de Salta se vieron obligados a regalar su cosecha, ya que no pudieron venderla debido al ingreso de bananas desde Brasil y Bolivia, lo que afectó especialmente a pequeños productores de comunidades originarias. La importación de cítricos, sobre todo del limón, ha tenido efectos devastadores para Salta. En la región de Cuyo, los productores de tomate también se han visto forzados a regalar su cosecha porque los enlatadores prefirieron comprar tomate extranjero a un 20% más barato.

Argentina, siendo el segundo productor global de peras, sufrió un fuerte impacto con la llegada de un cargamento de 1.597 cajas de peras frescas desde China. Esta situación ha puesto en jaque al sector frutícola del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que ya enfrentaba dificultades, y ha llevado a los pequeños productores valletanos a vender a precios muy bajos a las grandes exportadoras.

Desafíos para los trabajadores rurales

Estas políticas no solo afectan a los productores, sino que también debilitan la situación de los trabajadores rurales, quienes ven en peligro su único medio de subsistencia. Este sector ha sido históricamente vulnerable, soportando los efectos de la flexibilización y el deterioro de sus derechos laborales, especialmente tras la reforma al régimen de trabajo agrario implementada en la ley Bases.

Es responsabilidad de los legisladores proponer soluciones a los conflictos sociales para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos económicos, sociales y culturales de los ciudadanos. Dentro de estas políticas, las economías regionales tienen un rol central tanto en la política productiva como en la alimentaria.

Propuestas para el desarrollo productivo

Es urgente implementar acciones que impulsen el desarrollo del entramado productivo nacional, promoviendo el agregado de valor en las exportaciones y generando arraigo. También es necesario diseñar un ordenamiento territorial que genere un marco de planificación y desarrollo para las economías regionales, que fomente el poblamiento del territorio, la soberanía alimentaria y la integración en los mercados globales a través de productos con valor agregado.

El fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas y la creación de un régimen de promoción impositiva que fomente la incorporación de nuevas tecnologías son esenciales para el desarrollo productivo y la generación de empleo. Este ha sido un reclamo histórico del sector.

Como senadora nacional, he trabajado para sancionar una ley que establezca un régimen de promoción de las economías regionales, una deuda pendiente en el ordenamiento jurídico argentino. Estas medidas pueden establecer las bases para implementar políticas públicas de desarrollo integral que aseguren el abastecimiento interno de alimentos y la apertura a nuevos mercados internacionales. Este proyecto busca la colaboración público-privada en el diseño de políticas sectoriales para lograr un desarrollo virtuoso del entramado productivo argentino.

En resumen, la importación de alimentos no ha conducido a una reducción de precios, sino que ha favorecido un modelo extractivo que destruye nuestra producción alimentaria, un sector estratégico que ningún país serio permite que se vea afectado.

La colaboración público-privada es fundamental para alcanzar un modelo de desarrollo federal e integral que posicione a nuestro país como un actor global relevante en un contexto internacional donde la producción de alimentos será cada vez más crucial.

Nora del Valle Giménez es senadora nacional por Salta de Unión por la Patria.

Rafael Cockell

Administrador, con posgrado en Marketing Digital. Aproximadamente 4 años de experiencia en redacción de contenidos para la web.

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