La Mansión de Flores: un ícono de la arquitectura porteña
La Mansión de Flores, situada en el corazón del barrio de Flores, se destaca no solo por su arquitectura excepcional, sino también por su rica historia que atrae tanto a compradores como a inquilinos. Este complejo, inaugurado en 1924, representa un hito en el desarrollo urbano de Buenos Aires, convirtiéndose en un referente para quienes buscan una vivienda que ofrezca historia y comunidad.
Con una ubicación privilegiada en las calles Yerbal, Gavilán y Caracas, la mansión se enfrenta a las vías del ferrocarril Sarmiento. Este contexto hace que el complejo no solo sea un lugar de residencia, sino un punto de interés cultural y arquitectónico en la ciudad.

Historia y arquitectura de la Mansión de Flores
Diseñada por el arquitecto Fermín Bereterbide, quien ganó un concurso organizado por la Unión Popular Católica Argentina (UPCA), la mansión se pensó como una solución habitacional para la clase trabajadora, bajo el lema de Aire y Luz. La construcción se llevó a cabo entre 1921 y 1924, y su diseño se inspiró en las viviendas parisinas de la época, adaptándose a las necesidades de la vida en Buenos Aires.
El predio donde se erige la mansión fue donado por los herederos de Inés Indarte de Dorrego, una figura destacada en el siglo XIX. Este gesto generoso permitió que la comunidad de Flores accediera a un espacio habitacional de calidad, que se ha mantenido relevante a lo largo de los años.
La vida en la Mansión de Flores
La Mansión de Flores ha sido testigo de numerosas historias, incluyendo la de Roberto Arlt, quien residió allí en su infancia. Este complejo ha albergado a una variedad de personalidades, desde escritores hasta figuras políticas, lo que resalta su importancia en la cultura local.
El edificio cuenta con 86 departamentos distribuidos en cinco bloques, todos con acceso a patios internos que fomentan la convivencia entre los vecinos. Estos espacios verdes son ideales para el esparcimiento, ofreciendo un respiro en medio del bullicio urbano.
Condiciones actuales y desafíos
A pesar de su riqueza histórica, la Mansión de Flores enfrenta desafíos significativos en cuanto a mantenimiento. La falta de cuidados a lo largo de los años ha llevado a problemas estructurales que requieren atención urgente. Según Diego Davio, miembro del Consejo de Propietarios, los techos del complejo, que abarcan más de 9.000 metros cuadrados, necesitan restauración, y los costos son elevados.
Las expensas del complejo rondan los $130.000 mensuales, lo que refleja los altos costos de mantenimiento necesarios para preservar este patrimonio arquitectónico. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, la comunidad sigue activa, trabajando en proyectos de renovación y fortaleciendo los lazos entre los residentes.
Aspectos inmobiliarios y oportunidades
En el mercado actual, la Mansión de Flores se presenta como una opción atractiva para aquellos que buscan propiedades con historia y carácter. Las unidades disponibles varían en tamaño y precio, siendo un imán para artistas y personas interesadas en su rica historia.
Por ejemplo, hay propiedades de 74 m2 valoradas en u$s119.000, ofreciendo características como balcones y cocinas modernas. El alquiler de estas propiedades oscila entre $500.000 y $700.000 mensuales, lo que indica la demanda constante que tienen estos inmuebles únicos.
Protección patrimonial y futuro
La Legislatura porteña ha iniciado un debate sobre la protección patrimonial de la Mansión de Flores, integrándola en una lista de edificaciones que buscan asegurar su preservación. Esta medida es crucial para garantizar que la historia y la arquitectura de este emblemático edificio se mantengan para las futuras generaciones.
En conclusión, la Mansión de Flores es mucho más que un complejo de viviendas; es un símbolo de la historia y la comunidad de Buenos Aires. Si te interesa este fascinante lugar, te invitamos a explorar más sobre sus oportunidades de vivienda y su rica herencia cultural. ¡No te pierdas la oportunidad de formar parte de esta historia viva!