Aranceles, Fin del Cepo en Argentina y Bimonetarismo: ¿Y Si Esta Vez es Diferente?
El reciente levantamiento parcial del cepo ha demostrado la audacia del Gobierno al eliminar el temor a flotar, conocido como fear of floating. Este contexto se da en un país donde coexisten dos patrones monetarios: el peso argentino y el dólar estadounidense. Ambas monedas cumplen funciones esenciales como medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor.

Economías Bimonetarias
Las economías bimonetarias presentan características únicas. Existen tres tipos de bimonetariedad: bimonetariedad contractual, donde la moneda nacional deja de ser el medio de intercambio aceptado y se comienza a operar en moneda extranjera; bimonetariedad numeraria, en la que los precios y salarios se fijan en la moneda extranjera; y bimonetariedad financiera, donde los depósitos pueden realizarse en moneda extranjera para preservar el valor de los activos.
Esta estructura exige que los requerimientos de reservas internacionales sean más estrictos para satisfacer tanto la demanda de la autoridad monetaria como la de los agentes privados, quienes buscan preservar el valor de sus activos.
Impacto de los Nuevos Aranceles
El escenario internacional también juega un papel crucial. Los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos están llevando a otros países a aumentar sus propias tarifas, provocando devaluaciones en sus tipos de cambio. Esto puede resultar en un fenómeno de dumping, donde los productos se venden a precios muy bajos en el extranjero.
En el ámbito nacional, datos del INDEC muestran que el Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero subió un 5,6% en febrero de 2025 en comparación con el mismo mes del año anterior, mientras que la inflación pasó del 2,4% en febrero al 3,7% en marzo.
Perspectivas para el Futuro
La evolución económica dependerá en gran medida del grado de apertura comercial que decida implementar el Gobierno. Si se opta por una apertura elevada, la industria enfrentará dificultades para competir con productos importados, lo que podría resultar en despidos y una mayor dependencia de las importaciones.
Por otro lado, una apertura moderada podría permitir una recuperación del mercado interno. El levantamiento parcial del cepo muestra una estrategia audaz que podría influir en el comportamiento del dólar, que se espera oscile entre 1000 y 1400 pesos.
Además, la eventual liquidación de divisas por parte de los exportadores podría incrementar las reservas internacionales brutas, enviando señales positivas al mercado sobre la sostenibilidad del pago de la deuda. En este contexto, surge la pregunta: ¿puede ser diferente esta vez?
Docente del Dpto. de Economía y Finanzas e investigadora del Instituto de Economía (INECO) de UADE.