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El Vaticano y la Sede Apostólica Vacante

Tras la confirmación de la muerte del papa Francisco, el Vaticano ha tomado medidas inmediatas para iniciar el protocolo correspondiente a la Sede Vacante. Este término se refiere al periodo de transición que comienza tras el fallecimiento de un pontífice y se extiende hasta la elección de su sucesor.

La cuenta oficial de X del papa ha sido renombrada a Sede Apostólica Vacante, reflejando este cambio significativo. Este proceso es parte del orden ceremonial que la Iglesia Católica sigue, alineándose con las normativas del derecho canónico. La cuenta ahora cuenta con más de 18,6 millones de seguidores y ha sustituido la imagen del papa por el escudo tradicional que simboliza la autoridad papal interrumpida.

El Vaticano modificó la cuenta oficial de “X” del sumo pontífice y la renombró “Sede Apostólica Vacante”.

La Sede Apostólica Vacante: ¿Qué Implica?

El término Sede Apostólica Vacante implica que la Iglesia Católica no tiene un Papa en funciones. Durante este tiempo, ninguna autoridad puede ejercer el gobierno ordinario de la Iglesia, y las actividades se limitan a lo esencial. El cardenal camarlengo, en este caso Kevin Farrell, es el responsable de administrar los bienes del Vaticano, mientras que el decano del Colegio Cardenalicio se ocupa de convocar a los cardenales para prepararlos para el cónclave que elegirá al nuevo papa.

Proceso de Elección del Nuevo Papa

La elección del nuevo papa es un proceso complejo que se realiza en el contexto del Cónclave. Esta tradición se rige por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. La elección se lleva a cabo mediante la oración y la guía del Espíritu Santo.

Una vez que la Sede Apostólica está vacante, el Cardenal Camarlengo certifica la muerte del Papa y se inician los preparativos para el cónclave. Durante este evento, los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina del Vaticano para votar en secreto por su candidato. Para ser elegido, un candidato debe obtener dos tercios de los votos. Si no se alcanza la mayoría, se realizan votaciones sucesivas.

Después de cada votación, los votos se queman. Si no hay un nuevo Papa elegido, se produce una fumata negra. En caso de éxito, se genera una fumata blanca que anuncia al mundo la elección del nuevo Pontífice. Posteriormente, el Cardenal Protodiácono declara Habemus Papam, y el nuevo Papa ofrece su primera bendición Urbi et Orbi.

Este periodo de luto y los rituales asociados destacan la importancia del papado en la Iglesia Católica y la reverencia hacia el fallecido pontífice. Es un momento de reflexión y transición para la comunidad católica mundial.

Para seguir informado sobre el proceso de elección del nuevo Papa y otros eventos relacionados con la Iglesia, te invitamos a explorar más sobre este tema. Comparte esta información y mantente al día con las novedades en el Vaticano.

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