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María Elena Bergoglio: La Única Hermana Viva del Papa Francisco

María Elena Bergoglio es la única hermana sobreviviente del papa Francisco, quien falleció recientemente a los 88 años. A sus 77 años, María Elena es la menor de cinco hermanos nacidos de la unión de María Regina Sívori y Mario José Bergoglio. Actualmente, reside en una residencia religiosa en la provincia de Buenos Aires, donde vive con monjas debido a problemas de salud.

Antes del cónclave de 2013, María Elena llevaba una vida tranquila en Ituzaingó, en el conurbano bonaerense. Separada y dedicada a su hogar, disfrutaba de las reuniones familiares en las que su hermano Jorge, el actual Papa, solía cocinar. Recordando esos momentos, mencionó que le encantaba preparar calamares rellenos y risottos de hongos, recetas que heredó de su abuela italiana.

María Elena Bergoglio, quien vivió la emoción del nombramiento de su hermano como Papa.

Un Vínculo Fraternal Fuertemente Conectado

A pesar de la diferencia de edad, siempre mantuvieron una relación cercana. Aunque nunca jugamos juntos, él siempre fue un hermano muy presente, recuerda María Elena. Se comunicaban frecuentemente, intercambiando cartas y organizando visitas, incluso cuando Jorge se convirtió en arzobispo.

Todo cambió el 13 de marzo de 2013, cuando María Elena escuchó el famoso Habemus Papam en televisión. No podía creer que mi hermano fuera el nuevo Papa, él nunca había querido ese cargo, confesó. La emoción fue abrumadora, llevándola a llorar de alegría.

La Elección que Transformó Sus Vidas

María Elena se dio cuenta rápidamente de que su vida cambiaría drásticamente. Lo primero que pensé fue que las cosas ya no iban a ser como antes. Mi vida realmente cambió, reflexionó. Un tiempo después, recibió un llamado inesperado de su hermano, quien le pidió que comunicara a la familia que estaba bien, ya que no podía hacerlo él mismo.

Desde ese momento, María Elena intuyó que su hermano traería cambios significativos a la Iglesia. Siento que va a producir cambios, no solo por su integridad y firmeza, sino porque cuenta con nuestro apoyo a través de la oración, afirmó.

Sin embargo, también expresó sus dudas sobre las exigencias del papado. Es una tarea muy exigente, donde las decisiones se toman en soledad. Va a ser duro para él estar lejos de Buenos Aires, comentó. Desde aquel día, María Elena no volvió a ver a su hermano, ya que durante sus 12 años como Papa, Francisco nunca visitó Argentina.

Un Vínculo que Perdura a Pesar de la Distancia

A pesar de la distancia física, su vínculo se mantuvo fuerte. María Elena expresa que necesita conectarse con sus sentimientos y reconoce la revolución de emociones que siente por la vida de su hermano. Si tuviera la oportunidad de verlo, no dudaría en abrazarlo y compartir sus lágrimas con él.

Las declaraciones de María Elena provienen de entrevistas que brindó en 2013, justo después de la elección de su hermano como Papa. Su historia no solo refleja la intimidad de su relación, sino también el impacto que el papado de Francisco ha tenido en su vida y en la de toda su familia.

La vida de María Elena Bergoglio es un recordatorio conmovedor de la importancia de los lazos familiares, incluso en los momentos de cambio y desafío. Su experiencia sigue siendo un testimonio del amor y la conexión que persisten, a pesar de las circunstancias.

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