No son las reservas, es la confianza
El reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha permitido la entrada de un primer desembolso, elevando las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) a casi u$s36.800 millones. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿de qué sirve esto si no se genera confianza en la economía? La respuesta es crucial para entender la situación actual del país.
El liderazgo de Javier Milei ha cambiado drásticamente la percepción pública sobre el manejo económico. Desde su propuesta de eliminar el Banco Central hasta su actual postura más conservadora, la evolución de su ideología refleja la complejidad del entorno económico. Mientras algunos celebran el aumento de las reservas, otros advierten que sin confianza, estos números son solo datos en una hoja de cálculo.

Las reservas no lo son todo
Históricamente, las reservas de un país no siempre han sido consideradas fundamentales. Hasta la década de 1970, su nivel era considerado menor, representando menos del 3% del Producto Bruto Interno (PBI) en muchos casos. Sin embargo, la crisis petrolera de 1973 marcó un cambio significativo, haciendo que los países emergentes comenzaran a acumular reservas, alcanzando un promedio de entre 6% y 8% hasta 1990.
Desde entonces, la acumulación de reservas se ha vuelto más crítica, sobre todo en los países en desarrollo. La regla no escrita era mantener suficientes reservas para cubrir de tres a cuatro meses de importaciones, asegurando así un margen de maniobra ante crisis comerciales. Pero, ¿qué sucede cuando la confianza en el manejo económico se ve comprometida?
La Regla Guidotti-Greenspan
El economista Pablo Guidotti propuso que las reservas deberían ser al menos equivalentes a los egresos por deuda externa a corto plazo, permitiendo a los países resistir retiros masivos de capital. Esta idea fue adoptada por Alan Greenspan, quien enfatizó que el cumplimiento de esta norma no garantiza la prevención de crisis financieras. La confianza del público juega un papel crucial en este escenario.
El papel de la confianza en la economía
La confianza es un factor determinante que puede hacer que las reservas sean efectivas o inútiles. Si el público y los inversores no creen en la capacidad del gobierno para manejar la economía, incluso las reservas más robustas no podrán frenar una corrida cambiaria. La historia está llena de ejemplos donde la falta de confianza ha desatado crisis financieras, a pesar de tener reservas significativas.
La situación actual en Argentina refleja esta paradoja. A pesar de contar con un aumento en las reservas, la desconfianza del consumidor ha crecido, cayendo más del 15% desde que asumió el nuevo gobierno. Esto sugiere que, aunque los números parezcan alentadores, la realidad es mucho más compleja y requiere un enfoque en la construcción de confianza.
¿Cómo frenar una corrida cambiaria?
Los gobiernos suelen ser reacios a utilizar las reservas para frenar una corrida cambiaria, ya que esto implica una pérdida de confianza en su gestión. Sin embargo, en el mundo real, las reservas son utilizadas para estabilizar la moneda, y cuanto más voluminosas sean, más capacidad tendrá el banco central para intervenir en el mercado cambiario.
Sin embargo, mantener reservas conlleva costos y puede resultar en pérdidas de oportunidad para el sector privado. La clave está en encontrar un equilibrio entre la acumulación de reservas y la generación de confianza pública. Sin esta confianza, las reservas se convierten en un simple colchón que no puede sostener a la economía ante situaciones adversas.
La importancia de generar confianza
La confianza no se construye de la noche a la mañana. Requiere acciones consistentes y políticas que demuestren un compromiso sólido hacia la estabilidad económica. Las reservas son solo un componente de un rompecabezas más amplio. Para que sean efectivas, deben estar acompañadas por un respaldo político y una visión clara para el futuro económico del país.
Si el gobierno no logra generar un entorno de confianza, las reservas, sin importar cuán elevadas sean, solo servirán para postergar lo inevitable. La historia ha demostrado que, sin confianza, el mercado eventualmente se ajustará a la realidad, dejando a las reservas como un recurso inútil.
En resumen, la confianza es el verdadero activo que puede proteger a un país de crisis financieras. Aumentar las reservas es un paso positivo, pero sin un enfoque firme en la construcción de confianza, ese aumento podría no ser suficiente para evitar turbulencias en el futuro.