153 casos en solo diez meses

El 2025 se ha vuelto un año trágico para la prensa, marcando un récord con 153 periodistas y trabajadores de medios asesinados hasta el 1 de noviembre, según la Campaña Emblema de Prensa (PEC). Este número, nunca antes visto en diez meses, muestra una crisis alarmante de violencia en todo el mundo, con dos tercios de las muertes ocurriendo en zonas de conflicto armado.

Lo más preocupante, más allá de la cifra récord, es la impunidad sistemática que rodea estos crímenes. Esto genera un mensaje muy peligroso: “Matar a periodistas es aceptable”.

La Franja de Gaza se ha convertido en el lugar más letal para los periodistas en 2025, con 57 profesionales asesinados desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás. Este número supera con creces a otros lugares en guerra como Ucrania y Yemen, donde hubo 11 muertes en cada país.

En Gaza, los periodistas no solo enfrentan el riesgo de cubrir una guerra, sino que también sufren de ataques directos, bombardeos y severas restricciones en su labor. La falta de investigaciones independientes agrava aún más la situación, creando un ciclo de violencia con escasas consecuencias para quienes perpetran estos ataques.

En contextos no bélicos, México se destaca como el país más peligroso para los periodistas, con 10 asesinatos en lo que va del año. Este número es superior al de naciones en conflicto abierto como Sudán, que tuvo 7 muertes de profesionales. La violencia en México está conectada con el crimen organizado, la corrupción y la falta de protección del estado, una problemática que se repite desde hace años.

Otros países sin guerras activas, pero donde los riesgos para los periodistas son altos incluyen India (6), Pakistán (5), Bangladesh (4) y Ecuador (4). En estos lugares, el narcotráfico y la inestabilidad política aumentan los peligros a los que se enfrentan los comunicadores.

Impunidad y falta de justicia: un patrón global

El informe de la PEC, lanzado coincidiendo con el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas (2 de noviembre), enfatiza que la ausencia de investigaciones efectivas es una constante en casi todos los casos. “Nunca antes habían sido asesinados tantos periodistas sin que se identifique a los responsables”, expresó Blaise Lempen, presidente de la organización.

En este contexto, la ONG demanda a los Estados de la ONU la creación de una comisión independiente internacional que investiga las violaciones a los derechos de los periodistas. Esta comisión sería fundamental para proponer mejoras en leyes nacionales y en los mecanismos de rendición de cuentas.

Cada asesinato impune no es solo una tragedia personal, sino que además envía un mensaje claro a la sociedad: “Los poderosos pueden silenciar voces sin consecuencias”. Este efecto intimidatorio no solo afecta a los periodistas, sino que erosiona la democracia y el derecho a la información, dejando a las comunidades sin testigos ni voces críticas. “Cuando un periodista es asesinado y el crimen queda impune, se legitima la idea de que la prensa es un blanco”, enfatizaron desde la PEC.

Distribución global de los asesinatos en 2025

La lista de asesinatos se expande a Filipinas (3), Siria (3), Afganistán (2), Colombia (2), Honduras (2), Irak (2), Líbano (2), Nigeria (2), Perú (2), República Democrática del Congo (2), Estados Unidos (2), Brasil (1), Guatemala (1), Haití (1), Nepal (1), Arabia Saudí (1), Somalia (1), Turquía (1) y Zimbabue (1). Esta diversidad geográfica muestra que la violencia contra la prensa es un problema global que no se limita a un solo contexto político.

Este récord de violencia en 2025 señala no solo la vulnerabilidad de los periodistas, sino que también interpela a la comunidad internacional sobre la urgencia de proteger a aquellos que arriesgan su vida para informar.

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